La chica del montón.

Mi nombre es Paula y tengo 15 años.

No soy ni muy alta, ni muy baja. Ni muy delgada, ni muy gorda. No tengo los ojos muy claros, ni muy oscuros. No soy muy rubia, ni muy morena. No soy divertida, pero tampoco aburrida. Soy sincera, pero oportuna. Soy extrovertida, pero tímida. Soy reservada, pero no seca. No realmente sociable, pero si amable. Me gusta hablar, aunque prefiero callar. Río cuando quiero llorar y lloro cuando... no no, eso no. Amo leer, pero no soy la que más lo hace. Adoro la música, pero tampoco soy la que más la escucha. Me pasaría todo el día comiendo, y, ¡vaya! , lo hago. Me gustaría pasar cada noche a la intemperie, en medio de la nada, para poder estar horas viendo las estrellas e irme a dormir con un recuerdo bonito. Fuc*king contaminación lumínica. Mi vicio es el chocolate. No fumo, no bebo, y no (...) Soy amante de la naturaleza y los animales, pero no tengo ninguno. Mi sitio favorito es la playa. Pero casi cualquier sitio junto a mis amigos puede ser mejor que la playa. Sólo bebo agua fría. Canto en la ducha. Me acuesto a dormir e imagino la historia de mi propia vida. Mi propia vida imaginaria. Lloro de rabia y de vergüenza. Soy de las que cierran los ojos cuando me despiertan para intentar recuperar ese bonito sueño del que me han sacado. Quiero ser enfermera, psicóloga, catedrática, psiquiatra, actriz, periodista, pintora, fotógrafa, diseñadora, y... y... y...Siempre me emociono cuando veo un anuncio de acuarius. Asocio cada momento de mi vida a una canción. Me gusta la fotografía, pero me queda mucho por aprender. Soy media anarquista, media rockera, media heavy (¡mentira!) media hippie, media ecologista y media loca. Perdón, loca entera. Soy de las que lucha por causas perdidas. Digo que respeto la opinión de los demás, y lo hago, pero prefiero imponer la mía. Reconozco cuando me equivoco. A veces me cuesta. No me gusta juzgar lo que hacen los demás, pues cada uno es libre de hacer con su vida lo que quiera. Pero lo hago.

Soy bipolar y muy normal.